Teatro Lírico



A lo largo de 103 años, la historia del Teatro Lírico está llena de diversos eventos y acontecimientos que han trascendido hasta nuestros días, siendo una referencia obligada para quienes están interesados en conocer un poco más sobre el pasado y presente del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Corría el año de 1907 cuando el Teatro Lírico fue inaugurado por Justo Sierra (a cargo de la Secretaría de Educación Pública y Bellas Artes), contando con la presentación de “Las Vírgenes locas”; obra escénica del famoso artista Marcel Prévost; debido a esta genial presentación, el recinto se consagró como un espacio en el que se forjaron los mejores artistas mexicanos de principios de siglo.
Así, durante casi tres décadas, este espacio ganó mucha fama entre el público asiduo al teatro y a las artes escénicas, siendo el escenario donde brillaron destacadas figuras como María Conesa, Tin Tan, Palillo, Clavillazo, Joaquín Pardavé y Mimí Derba. En esta época de éxito comercial y artístico, el inmueble adoptó diversos nombres, siendo llamado Teatro Follies Bergere (1909), Teatro de la Comedia (1922), Teatro María Teresa Montoya (1922) y finalmente, en 1934, fue renombrado como el Teatro Lírico.
Para la década de 1930, este espacio y el Teatro Esperanza Iris eran considerados como los principales exponentes de la actividad escénica, por lo cual se disputaban el título de “Catedral del Género Frívolo”; sin embargo, con el paso de los años, el éxito del Teatro Escénico cayó en el olvido y su popularidad decayó enormemente.
Finalmente, en la década de 1980, la obra “Papacito Piernas Largas”, interpretada por Angélica María, fue el último éxito que se presentó al interior de este teatro, el cual fue cerrado al público tras varios años de sufrir contratiempos y dificultades financieras; como resultado, el inmueble sufrió daños irreversibles en su estructura, por lo que fue necesario demolerlo parcialmente.
En la actualidad sólo se conservan unas escaleras, el recibidor y la fachada del edificio original, sin embargo, la exitosa tradición escénica que caracterizaba al Teatro Lírico sigue viva y se aprecia en las labores de recuperación y conservación que se llevan a cabo actualmente.
Ubicación: Calle de Cuba número 46. Se localiza entre las calles República de Chile y Allende.
Estación metro: Allende

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