Iglesia del Buen Tono




También conocida como iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, la iglesia del Bueno Tono está ubicada en un predio que anteriormente era ocupado por un antiguo templo, el cual formaba parte de las instalaciones del convento de San José de la Penitencia, cuyo interior daba cobijo a las monjas de la orden de San Francisco. Debido a este apasionante pasado, dicho edificio llama la atención de los conocedores y es un punto de referencia obligado al hablar de la evolución arquitectónica del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Tras varios años de funcionar como un sitio destinado al culto católico, esta iglesia fue vendida a la Fábrica del Buen Tono, compañía cigarrera que dispuso de estas instalaciones con el objetivo de convertirlas en la sede de funciones de teatro y cine, sin embargo, los pobladores de la zona se opusieron a dichas intenciones, razón por la que esta empresa se vio obligada a desistir de sus planes originales. Luego de este evento, el edificio se mantuvo abierto al público durante un tiempo, hasta que en 1911 fue demolido para construir el actual templo.
Construido bajo la dirección del arquitecto Miguel Angel de Quevedo, el nuevo edificio abrió sus puertas al culto religioso, siendo consagrado a la Virgen de Guadalupe el 29 enero de 1912, con el padrinazgo de José Mora y del Río -arzobispo de México- y doña Sara P. de Madero –esposa del entonces presidente Francisco I. Madero-. A partir de entonces, el templo ganó mucha popularidad entre la alta sociedad de aquella época y se convirtió en la sede de exclusivas bodas protagonizadas por la élite.

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