La historia del Reloj Chino se remonta a los
primeros años del siglo XX, cuando esta pieza fue donada por el emperador de
China con motivo del Primer Centenario de la Guerra de Independencia y como una
muestra de gratitud hacia el gobierno mexicano, debido a que en 1910 la nación
mexicana acogió a una población de 13 mil inmigrantes que salieron de China en
busca de refugio.
Esta interesante pieza de relojería fue colocada
en la intersección de las calles Bucareli y Atenas –Emilio Dondé, sitio que
originalmente estaba ocupado por una fuente colonial de Lorenzo de la Hidalga,
sin embargo, esta fue desmontada para ser trasladada a lo que hoy se conoce
como la Plaza de Loreto.
Debido a las turbulencias políticas que se
suscitaron durante aquellos años, la estructura del reloj Chino se vio
amenazada desde el comienzo de la Decena Trágica, resultando severamente dañado
el once de febrero de 19113, cuando sufrió los estragos del enfrentamiento
entre el régimen maderista y los militares sublevados en su contra; así, luego
de atestiguar el intenso cañoneo dirigido a la milicia que ocupaba la plaza de
la Ciudadela, esta pieza quedó reducida a una estructura metálica y unos
cuantos fragmentos de piedra.
A pesar de ese funesto acontecimiento, la
belleza del Reloj Chino pudo recuperar su brillo característico, luego de ser
sometido a un esmerado proceso de remodelación; de este modo, en el año de
1921, esta pieza fue reinaugurada en el marco de las celebraciones por el
Centenario de la Consumación de la Independencia. A partir de entonces hasta la
fecha, este objeto ha permanecido en pie, como un recordatorio de aquella época
caracterizada por la transición social y política de México.
Ubicación: Bucareli
esquina con Atenas-Emilio Dondé
Estación del Metro:
Juárez
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